Un viaje a la velocidad de las mariposas
Con un tatuaje del mapa de Argentina en su piel y una bicicleta como compañera, Ezequiel Daniel Manzella, de 37 años, dejó atrás su zona de confort para emprender un viaje extraordinario. Su travesía, que inició el 10 de enero desde Burzaco, provincia de Buenos Aires, busca conectar los extremos del país: Iguazú, La Quiaca y Ushuaia.
“Hace diez años me tatué el mapa de Argentina tras una fuerte depresión. Me prometí viajar, pero no lo hice por miedo. Ahora decidí romper esa barrera y disfrutar del camino”, relata. Inspirado por Álvaro Neil, conocido como el “biciclown”, Ezequiel adoptó la filosofía de viajar “a la velocidad de las mariposas”, apreciando los detalles que solo la bicicleta puede revelar.
Un viaje sin prisa, pero con propósito
El recorrido de Ezequiel no está definido por tiempos estrictos ni objetivos convencionales. Pedalea por el placer de descubrir y conectarse con lo que encuentra en cada kilómetro. La ruta provincial 4 lo llevó desde Lavallol hasta Cañuelas, y desde allí continuó hacia Cardales, Gualeguaychú y Concordia, haciendo paradas en estaciones de servicio y puntos estratégicos donde encuentra descanso y hospitalidad.
“Lo importante no es llegar, sino disfrutar el camino”, reflexiona. Con una carpa, una bolsa de dormir y ropa mínima, ha aprendido a priorizar lo esencial. Su encuentro con otros viajeros, como una pareja colombiana que le brindó refugio bajo un puente, o un ciclista experimentado que lo ayudó a aligerar su equipaje, son testimonios de la solidaridad que florece en la ruta.
El desafío de vivir el presente
Ezequiel no solo pedalea por los caminos de Argentina, también lo hace por los senderos del autodescubrimiento. “Estamos acostumbrados a vivir para trabajar y para los gastos, pero no vivimos realmente”, dice. Para él, este viaje es una forma de romper con las cadenas de la rutina y la servidumbre al miedo.
Sin dinero físico al inicio de su travesía, utiliza las redes sociales para documentar su viaje y conectar con personas que lo apoyan. TikTok, su única plataforma, le permite compartir de manera auténtica cada momento a través de @ezequielmanzella: “No quiero fingir que soy alguien que no soy. La gente se interesa por la realidad, por ver a un tipo común que está andando en bicicleta”.
Concordia: un recibimiento cálido y reflexivo
Ezequiel llegó a Concordia bajo una intensa tormenta. Empapado pero feliz, fue recibido con bocinas, saludos y un café caliente en una estación de servicio. Allí se encontró con amigos que lo esperaban desde hace años, generando un momento lleno de emociones.
Sin embargo, su paso por Concordia también le dejó reflexiones profundas: “Es un pueblo hermoso, pero veo mucha pobreza que no es de recursos, sino de otra índole. Las drogas están afectando a la gente, y eso me entristece. Pero también encontré humildad y sinceridad, algo que no abunda en todos lados. Un pueblo sincero es un pueblo rico”.
Durante su estadía, Ezequiel tiene planeado disfrutar del lago y probar suerte en la pesca, un pequeño recreo antes de continuar hacia Federación, su próximo destino.
Lecciones del camino
El viaje de Ezequiel es mucho más que una aventura física. Es un mensaje de esperanza y superación para quienes temen salir de su zona de confort. “La libertad está en las decisiones simples. La ruta te enseña a dejar atrás lo innecesario, a confiar en los demás y a encontrar lo que realmente importa”, comparte.
Además, destaca la importancia de la planificación y el cuidado en el camino, especialmente para quienes quieren emprender viajes similares. “En la bici llevás todo lo que tenés, y eso te hace vulnerable. Pero las redes sociales pueden abrirte puertas. Siempre hay alguien dispuesto a ofrecerte un lugar seguro, aunque sea un pequeño espacio para armar tu carpa”.
Un viaje inspirador
La travesía de Ezequiel no tiene un tiempo límite ni un destino final estricto. Su filosofía es clara: “La vida es conocer, disfrutar del presente y conectar con las personas”. Mientras pedalea hacia su próxima parada, nos deja una lección poderosa: el verdadero destino no está en los puntos de llegada, sino en la riqueza del camino y las conexiones que hacemos a lo largo de él.
Con cada pedalada, Ezequiel desafía el miedo, la rutina y las expectativas, demostrando que la libertad y la felicidad están al alcance de quienes se animan a buscarlas.
Comentarios
Para comentar, debés estar registrado
Por favor, iniciá sesión