Ser mejores
La hora de la conducción política ha llegado más que nunca en función de lo que viene por delante.
Para este momento crucial y cíclico de nuestra historia, necesitamos líderes que entiendan el momento histórico, político y cultural que vivimos.
En ese sentido deben tener visión, convicción y valores para poder reconstruir una sociedad que vuelva a ser más justa y equitativa. Pero algo a destacar es que sí o sí deberán tener legitimación de origen en la gente, no en la imposición de las vanidades.
Por ello es necesario que exista por un lado unidad, pero por otro también participación efectiva y comprometida. La política debe ser siempre una herramienta para el bien común, jamás para intereses personales.
Debemos obligadamente rechazar el individualismo y el colectivismo, priorizando la justicia y la igualdad. La unidad y la participación activa son clave para lograr un cambio positivo, lo que viene reclamando la gente a viva voz y en cada elección con la boleta en la urna.
Escuchar y trabajar juntos
En este contexto, es fundamental escuchar las demandas de la sociedad y trabajar juntos para construir un futuro próximo mejor. Los que pretendan ser líderes del tiempo que viene, deberán tener la capacidad de interpretar los problemas actuales y encontrar soluciones innovadoras. No repetir “recetas viejas” o “copiar ejemplos” de otras latitudes. La militancia y la participación activa son fundamentales para alcanzar un objetivo claro y superador, algo que sea realmente positivo para la gente.
Para ello es necesario unirnos en torno a un proyecto común. Un ideal unificador. No es momento para disputas generacionales o enconos sin sentido. Es tiempo para unirnos en torno a un objetivo común. La generación intermedia puede jugar un rol crucial en este proceso, pero sin “descartar” a nadie que no lo sea.
Debemos inteligentemente amalgamar pasado, presente y futuro, experiencia y juventud para construir eso que tanto necesitamos, la esperanza y movilización.
Recambio dirigencial y diálogo
Necesitamos un recambio dirigencial que apueste al diálogo y a la colaboración permanente.
No podemos fracasar en este nuevo intento.
Por eso, inauguremos un nuevo clima en la opinión pública que celebre 41 años de democracia ininterrumpida pero que vea una sana oportunidad más que un reproche por lo no resuelto todavía.
La política como herramienta de transformación sigue siendo la clave y algo fundamental.
Esta debe ser una estrategia humanista que priorice siempre la razón y la intuición.
Es nuestra obligación moral instar a que se realicen los valores individuales y sociales en conjunto para lograr el progreso espiritual y material en forma complementaria y armónica.
Construir una sociedad justa y equitativa es una utopía necesaria.
Debemos hacer lo posible para establecer las bases de un pacto social que incorpore a todos los sectores, horizontalmente, pero con una conducción clara y humilde en las formas.
La justicia social y la igualdad deben ser nuestros objetivos fundamentales donde la política pueda nuevamente ser una herramienta que permita construir una comunidad donde todos tengan oportunidades y derechos iguales, donde también cada uno pueda realizarse.
El cambio
El cambio de época ya se empieza a dar. Los líderes de distinto género deberán afrontar el gran desafío que nos plantea la gente, ese futuro aún no escrito. Hay que organizarse para vencer al tiempo desde una nueva concepción de la estrategia que permita, llegado el momento, generar nuevas condiciones beneficiosas para el Pueblo.
Esto requiere no sólo de buenas intenciones sino de hacer las cosas bien ahora y después. Para eso hay que estar con ambos oídos atentos a lo que expresa la gente y con la mirada enfocada permanentemente sobre ellos.
¿Se puede volver? Sí. Pero sólo si somos mejores podremos volver, si no, no será posible pues no somos opción si nos seguimos repitiendo en todo aquello que la gente rechaza. Sencillamente porque la gente hace rato que cambió, por eso nosotros debemos acompañar ese cambio o se nos “pasará el tren”.
La gente nos observa atentamente. Todavía está todo por hacerse, vayamos por el protagonismo en este cambio de época. Hay esperanza, claro que sí. Se puede volver, sólo hay que ser mejores en función de la gente. Lo único que importa. Porque, aunque sea reiterativo, lo nuestro es la gente, no lo olvidemos.
(*) Abogado. Concejal 2023-2027.
Vicepresidente 1° HCD. Presidente del Bloque Concejales PJ 2023-2027.
Apoderado del Consejo Departamental PJ Uruguay. Secretario de Gobierno 2019-2023. Concejal 2015-2019.
Presidente del Bloque Concejales PJ 2017-2019.
Presidente Comisión Hacienda y Presupuesto 2015-2019. Decano del Colegio Mayor Universitario de Santa Fe 2003-2004.-
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