Monseñor Martín: María como modelo de oración y vocación
El arzobispo de Rosario presidió las fiestas patronales e instó a tomar a María como modelo de oración, de silencio, "para que la Palabra de Dios entre en nosotros y seamos otros Cristos".
Con la asistencia de numerosos fieles de otros pueblos y ciudades de la jurisdicción, el arzobispo de Rosario, monseñor Eduardo Martín, presidió la solemnidad de Nuestra Señora del Rosario, patrona y fundadora de la arquidiócesis, en la catedral metropolitana.
La misa fue concelebrada por el arzobispo emérito de San Juan, monseñor Alfonso Delgado, el obispo auxiliar, monseñor Ernesto Fernández, y numerosos sacerdotes del clero de Rosario.
En su homilía, monseñor Martín dio gracias por los 90 años de la diócesis y 85 años del seminario, recordando la figura del cardenal Antonio Caggiano.
Además, propuso dos puntos para reflexionar, tomados del lema de las fiestas patronales arquidiocesanas: "María como modelo de oración y vocación". "La oración es vital para el cristiano y para la Iglesia. María es modelo de oración y escucha, y dice que sí porque está en silencio y oración. Escucha y entra en diálogo con la palabra de Dios. Escucha, discierne y acepta la voluntad de Dios", planteó.
"Muchas veces nosotros tenemos muchos ruidos en la mente, muchas preocupaciones, y no siempre estamos tan dispuestos a escuchar la voz de Dios. Pero Dios nos habla siempre; siempre", destacó, y añadió: "Tomemos a María como modelo de oración, de silencio, para que la Palabra de Dios entre en nosotros y seamos otros Cristos"
A su vez, recordó que María también está en oración en el inicio de la Iglesia, para que el Espíritu Santo obre: "Con los apóstoles, ella está en íntima comunión. Esto nos anima a orar con la Iglesia, en la Iglesia. No somos individualistas. Nos concebimos hijos de Dios, pueblo de Dios, Cuerpo de Cristo. Rezando solo en mi cuarto, rezo con toda la Iglesia. Comunión, conciencia de Iglesia para hacer presente a Jesucristo", animó. Y consideró: "El 'sí' de una persona puede cambiar la historia, porque ese 'sí' muestra el deseo de hacer la voluntad de Dios. Por eso también nosotros, cuando vemos este mundo traspasado por las guerras, nuestro país con tanta pobreza e indigencia, hambre, gente en la calle, hermanos y hermanas nuestras esclavizados por las adicciones, ¿cómo podemos contribuir? Desde el amor de Dios, movidos por el amor de Dios. Porque si vivimos desde Dios, regeneramos el mundo".
"El mejor aporte que podemos hacer al mundo, a nuestra Patria, es hacer la voluntad de Dios, dejarnos mover por la voluntad de Dios. Si tenemos el corazón en Dios, contribuimos a lo mejor que podemos dar", alentó.
Más adelante, se refirió a María como modelo de vocación: "El llamado implica misión. Misión que no es solo organizar eventos. Es ser misión, identificarnos con Cristo en cada cosa de nuestra vida, en todo: descanso, trabajo, arte, política, empresas, escuela. Ser misión. Por el bautismo, nos envía Jesús. Vayamos. No nos quedemos dentro. Esto nos da sentido: comunicar la alegría del Evangelio".
"Que María nos enseñe a orar y a obedecer con alegría, para concebir la vida como una misión", concluyó.
(AICA)
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